Posteado por Marisa Figini

________________

No sé si hay alguna mujer que no haya vivido situaciones así pero lo que si sé, es que no todas tenemos el valor de denunciar en la justicia.Solo quiere que no le pase a nadie más.


Ahora, no dejan de sorprenderme los comentarios en redes y en el Diario El Día de La Plata mismo.
Hombres y mujeres que juzgan sobre que debió haber hecho, como, cuando, volviendo a victimizarla una y otra vez.
Esa enferma mirada aprendida que les hace creer que un tipo, en este caso, o una mina en desigualdad de condiciones, tenga «derecho» a hacer con el otro lo que se le cante y si el otro lo denuncia x tiempo después no es «valido» porque «se ve que un poco quiso».

La pucha!!! que mal están, que poco empático hay que ser para no poder intentar ponerse en el lugar de otro, que rotos, que mala gente…


Soy mina. No conozco una mujer que no haya pasado por algo así y yo lo viví personalmente en varias de las radios donde laburé, repleta de tipos, en su mayoría buena gente y con un par de indeseables que nunca faltan.
Hoy, con 51 pirulos, dificilmente no me defienda pero a los 18, y con todo eso visto como «normal», claramente no sabía ni podía defenderme.


En definitiva, ¿quién tiene el medidor de lo que és o no violento? ¿Quién puede adjudicarse el derecho de decirle al otro, desde afuera, cuando debe denunciar o que debe hacer? ¿Quienes se creen que son para opinar tan livianamenre de la vida de una piba acosada, abusada y violentada por su jefe?


¿Porqué es la víctima quien debe callar? ¿Porqué hay que «cuidar» al acosador?


Valoro profundamente ésta denuncia y que no haya quedado en un escrache. Cuando ella lo comunicó le escribieron 20 minas que pasaron por lo mismo o peor en manos del «docente de la facultad de Odontología», ¿Entonces? ¿Quién debe probar su inocencia? ¿La víctima o el victimario?
Cuanto nos falta aprender y ojalá se haga justicia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *