Río de Janeiro es sinónimo de la desmesura. Sus playas kilométricas, su atribulado tránsito con más de 300 túneles, los 16 millones de habitantes, su belleza natural, su movida cultural, las alternativas para visitar….

Para tener una idea de lo que hablo, al mismo tiempo que se disputaba la final de la Copa Libertadores, tocaban los Red Hot Chili Peppers con entradas agotadas en el estadio Nilton Santos y Roberto Carlos, en el Arena Jockey, también con la taquilla vendida.

Sí, el mismo Roberto Carlos que en los 70 quería tener un millón de amigos, y ahora, a los 82 pirulos, congrega multitudes y debe andar por los tres millones de amigos. Lo apodan O Rei.

Y Boca Juniors se sumó a la desmesura Carioca. La motivación terrible de ir a ver a Boca….uno va y hace toda una movida.

Lo de la gente Xeneize fue único e inigualable, en la historia del fútbol argentino y mundial. Una ciudad teñida de azul y amarillo. Más de 100 mil bosteros en la gesta. Nos bancamos el destrato de la Conmebol y del embajador argentino que no apareció; y la violencia de la policía de Río.

Confirmamos que somos el movimiento social y deportivo más grande del planeta.

Conmovedor. Sabemos, por ejemplo, que nuestra casa, la Bombonera, es paseo obligado para cada turista. No visitan otro estadio. Lo saben.

Orgullosos del escudo del más grande en el pecho. Identidad que le dicen. Y aunque autorreferencial, afortunado de ver en cancha, 11 finales de mi equipo en Copa Libertadores. Alguna historia sobre el lomo.

Dale Bo, Dale Bo, Dale Bo , dale Boca, que no ha pasado nada…

En el aeropuerto de San Pablo, – una “ciudad” dentro de otra ciudad- a la espera de embarcar, un pibe de Parque Patricios, nos preguntó a quienes apurábamos el último café: che, saben cuándo y dónde jugamos contra Estudiantes por la Copa Argentina? Para sacar vacaciones y poder viajar…Eso somos!!!!

Posdata: En medio del Maracaná, un abrazo fraterno y agradecido a una gloria como el Manteca Martínez, que estaba palpitando el partido con su gente, a una butaca de distancia. Una perlita para dar infinitas gracias a la vida, al Universo.

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