”Vamos a traer dos o tres jugadores de jerarquía”. Mayo del 2019. La frase es de un tipo que tiene el celular del dueño del país. Desde el punto de vista estrictamente mercantilista, Angelici cumple. Eduardo “Toto” Salvio, Alexis Mac Allister y Daniele De Rossi (además de Jan Hurtado y Franco Soldano) llegan a La Boca. ¿Cambia algo? Desde el punto de vista deportivo, poco. ¿En lo Institucional? Bastante más: sale el “Tano” y entra Román.
Riquelme parece haber decodificado los elementos que hacen a la identidad Xeneize. La “jerarquía” está abajo: pobló las inferiores de ex jugadores. Los juveniles dejaron de ser materia prima de exportación. ¿Se necesitan sesenta partidos para que un jugador se asiente? Perfecto, no hay apuro. Riquelme entendió el tiempo como futbolista. También lo hizo cuando se metió en la política del club. Ahora vuelca ese conocimiento a la paciencia que se debe tener para que un jugador termine de formarse.

La segunda presidencia de Angelici fue el punto más lejano de Boca con su identidad. Más allá de las victorias o derrotas no hay nada más triste que un equipo que no responde a su historia. Para salir de aquella noche macrista/angelicista, Boca debía ir hacia atrás. Recordar es aprender. La identidad se construye, es un camino que se hace al andar.
Según Román Boca volvió a ser un club de fútbol, increíblemente se equivoca. Riquelme, el Consejo de Fútbol, Ibarra y quienes están todos los días dentro del club, buscan mantener con vida y alimentar esa llama identitaria. Algunos elementos se hicieron meme, como el mate y el asado. Otros se materializan en Varela, Langoni, Morales, Medina, Sández o Molinas; o en la cancha de hockey a punto de ser inaugurada (por primera vez en décadas el club suma un nuevo deporte); o en el espacio médico también inaugurado hace poco en el que se pueden atender no solo los socios, también la gente del barrio.
¿El mejor resultado son los títulos futbolísticos? Cinco trofeos en tres años no son para cualquiera. Pero ganar es un detalle, el verdadero trofeo es otro: Boca volvió a ser un club de barrio.
.
.
✍️ Juan Stanisci