Antes de nacer, 2 años antes, exactamente, en 1958 , Pele jugaba su primer Mundial, con apenas 17 años. Y se convertía en O REY ¡!. En el mejor jugador del Mundo. Título al que Diego iba en búsqueda.

En 1962, cuando era un bebe de dos años, el mundial se acercó vino cerquita y se jugaba en Chile. Solo lo separo la cordillera que San Martin había cruzado.

Cuando entraba a la primaria, la historia iba a empezar a mostrarle sus rivales y sus enemigos. En 1966, Ratin se iba de la cancha, estrujando en la cara de La reina Isabel el banderín con la bandera británica. Diego solo tenia 6 años.

En 1970, Justamente, cuando el diez, cumplía Diez. Y ya era un Cebollita. EL mundial se jugaba en México  y Argentina no clasificó. Justamente en Mexico, donde  16 años después iba a consagrarse. En ese Mundial se afianzaba el 10 moreno con el Brasil del 70.

El 1974, Siendo un adolescente que pedía pista en primera división de Argentinos. El Mundial se jugaba en Alemania, y el campeón seria la misma Alemania, a quienes luego, les iba a ganar una final, iba a perder otra, y lo sacarían en su único mundial como DT.

En 1978, esperando cumplir la mayoría de edad, y con 2 años de primera división,   quedo afuera de la lista del Mundial en casa. Ya siendo el jugador del momento, pocos lo explicaban, una desason Mundial.

En el año 1982, el Mundial lo persiguió y se organizo en el país que estaba jugando. España. Expectativa para complementarse a la selección de Mentí Campeona. Un fiasco, termino el Mundial Expulsado, no estando en cancha.

Aparecería “Su mundial”, con 26 años siendo una figura del fútbol mundial, se transformó en el mejor jugador de la historia. Capitán, emblema y Protagonista al máximo, de Argentina nuevamente Campeona del mundo. Nada mas para acotar, el resto lo conoces todo.

Cuatro años mas tarde, el Mundial lo seguía persiguiendo, se iba a jugar en el país donde el estaba librando batallas socio futbolísticas entre ricos y pobres. En Italia, con un tobillo que no lo dejó brillar, fue silbado en las ciudades que nunca le perdonaron su rebeldía.

Ya con 34 años, cuando nadie lo esperaba, un Mundial, el destino y los negocios, lo volvieron a llamar. Luego de tortuosos años y casi retirado, reapareció la necesidad en la Eliminatoria para que la celeste y blanca lo reincorpore en un repechaje. Sueñe su última cita mundialista, pero cuando el equipo era soñado, lo despertó la realidad de otra mafia, que se la tenia jurada. Con los ticket cortados y los anunciantes cerrados, le cortaron las piernas.

A partir de ahí, el resto de los mundiales no lo tuvo como Jugador.  En las plateas, como invitado de Francia 98, Japón y Corea, saliendo de una fuerte internación. Ilusionado en Alemania. Hasta que le la AFA, le reconoce su historia y le da la posibilidad de dirigir la selección en el Mundial de Sudafrica 2010. Fue lo mas cerca que estuvo de volver a jugar. Pero no lo hizo y se notó . No era lo mismo.

Luego su pasión por la celeste y blanca, se enfrentaba a su físico, sus enfermedades , sus realidades, y fue emblema, postal, en las plateas de los estadios de Brasil 2014 y Rusia 2018. La luz, la energía, y los hinchas, lo saludaban como en un altar donde sus gestos transmitía bendiciones desde los palcos hacia las plateas bajas.

Esas fueron sus últimas imágenes en un Mundial. Físicamente no. Porque en Qatar, se sintió. Cantado y nombrado junto a sus padres, todos los días en el himno popular “muchachos”. También en cada jugada de Messi, o en cada homenaje, que el mundo le hizo.

Maradona fue Mundial. Y lo seguirá siendo.

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